Alberto Laiseca, con el terror a cuestas
Cuentos de terror en la voz de un hombre de letras que da miedo. Narración espeluznante y música bajo las estrellas.
La fila de humanos, silenciosa, atraviesa el jardín andaluz. cielo es una membrana opaca que oculta la luna llena. Los zapatos resbalan, se pegotean en el suelo húmedo, amigo de los helechos y de todas esas plantas que solían llenar los patios de antes. Hay hortensias. Detalle atemorizante para las mujeres de comienzos del siglo pasado, cuando remodelaron el caserón. Hacia el fondo, una luz rosada apunta a un enorme ombú. Es el sitio fijado para la ceremonia de lectura. Suena un violín. olor a tierra mojada se despeja. Desde un costado, el humo de tabaco negro advierte que la sesión está por comenzar.
Nueve de la noche en punto. Público circunspecto, edad promedio 50 años. El escritor Alberto Laiseca es el encargado de conducir la ceremonia. Narrará tres historias de terror y misterio: El pozo y el péndulo, de Edgar Allan Poe; La gallina degollada, de Horacio Quiroga, y uno de sus Cuentos de la Negra Tomasa. La velada en el Museo Enrique Larreta se inscribe en el ciclo "Noches de Luna y Misterio", organizado por la Secretaría de Inclusión y Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad. ciclo continuará con nuevas funciones, programadas para las noches de luna llena de febrero y marzo.
Silencio y la brasa del segundo cigarrillo de Laiseca. Primer acto. el turno de Poe. La historia se pega al oído. Es la subjetiva de un torturado en manos de la Inquisición de Toledo. hombre está encerrado en una celda que consta de diferentes mecanismos para asesinar. Laiseca acentúa en cada palabra la racionalidad del prisionero que busca desarticular la máquina de muerte. Dice que le duele, pero nadie le cree. Es evidente que al narrador le importa destacar la prevalencia de la pulsión vital frente a la necesidad imperiosa de hacer cesar el dolor. En síntesis, las estrategias del torturado para sobrevivir. Final y aplausos.
Siguiente acto, Horacio Quiroga y La gallina degollada. Un clásico trasvasado por Laiseca a fórmulas narrativas orales. Mucho giro expresivo y onomatopeya. Aquí no hay relato subjetivo. La historia se centra en una pareja del campo. Aunque claro que a cualquiera podría ocurrirle una desgracia parecida: niños estigmatizados y apaleados que matan a su hermanita. El temor de que los hijos enfermen o mueran está presente en los padres de aquí y allá. El siglo XXIno tiene por qué escapar de esa pesadilla. El acento de Laiseca está puesto aquí en el horror de la pareja que se echa culpas mutuamente, más que en el mecanismo que promete dolor y muerte.
La velada finaliza con uno de los cuentos de la Negra Tomasa. Laiseca glorifica la capacidad del relato nocturno para revertir los mecanismos de poder, que se esclerosan en la diurnidad. Los cuentos narrados a la noche son como las brujas: meten miedo. Controlan, desde el borde de lo desconocido pero posible, a quienes creen tener todo controlado. El niño Virgilito tortura durante el día a la Negra Tomasa. Y ella se venga metiéndole miedo durante la noche. Y Virgilito se hace adicto a las historias tenebrosas.
Esta vez el relato explota uno de los miedos más elementales: el terror a ser enterrado vivo. Una mulata embruja a una negra y hace que la entierren viva. Al exhumar el cuerpo, se encuentran con el ataúd arañado y el esqueleto dado vuelta. Imposible dejar de remitirse a la leyenda urbana del animador de televisión que, según se contaba antaño, corrió el mismo destino. Final de cuento, aplauso y silencio. El violín del maestro Jorge Gordillo acaricia el clima del retorno a casa.
Es extraño el público de Laiseca. Ala salida no se arman corrillos bulliciosos. Muy por el contrario, persiste la sensación de embrujo. Apenas puede oírse a unos turistas brasileños felicitar a Gordillo por su repertorio de folclore y tango. Son las diez y media de la noche. museo queda vacío. Desde Juramento se ve la luna con agua detrás de los álamos. Todo está bien ahora. Aunque mejor no hablar, mejor no pensar, en ciertas cosas.
Próximas funciones
El ciclo "Noches de Luna y misterio", con Alberto Laiseca y la participación del violinista Jorge Gordillo, tendrá dos funciones más. Están programadas para las próximas noches de luna llena. Las citas son: el viernes 18 de febrero, en el Jardín Botánico, av. Santa Fe y Armenia, y el sábado 19 de marzo, en la puerta del cementerio de la Recoleta Junín 1930.
Las actividades son gratuitas, con cupo limitado. espectáculo comienza a las 21, pero hay que retirar las entradas media hora antes. Se suspende por lluvia.
DZ/km