lunes, 28 de septiembre de 2009

Muestra Libros en Olavarría


DIARIO EL POPULAR, 5 de septiembre de 2009

Se presentó el Segundo Subsuelo, suplemento cultural de EL POPULAR Medios
Se inauguró la Muestra Libros en Olavarría
El escritor Alberto Laiseca fue la presencia destacada de la primera jornada de la tradicional muestra. Hubo un homenaje a Vicente Martín y se presentó el Segundo Subsuelo.
Ayer a las 19 dio comienzo la Muestra Libros en Olavarría. El acto inaugural consistió en un homenaje al escritor local Vicente Martín y contó con la presencia del intendente José Eseverri acompañado por el secretario de Cultura Eduardo Rodríguez. La sala estaba atestada y fue de una emoción a otra cuando en ciertos pasajes de las múltiples muestras de afecto se lo reconocía antes que un buen escritor una buena persona. Algunos pudieron recordar cómo fue que conocieron a Vicente Martín y la sensación que sus textos les causaron como lectores. Entre ellos estuvo Beto Ortiz, también escritor local. Luego de la lectura de algunos pasajes de su obra concluyó con un reconocimiento que le fue entregado por el Intendente y con un sentido aplauso de una sala repleta de amigos.Después le llegó el turno al lanzamiento del suplemento cultural del EL POPULAR Medios, Segundo Subsuelo. El andar cansino de Alberto Laiseca y sus casi dos metros de altura lo hacían sobresalir entre la gente que abandonaba la sala. Su presencia intimaba y casi nadie se le quiso acercar mucho. El camino entre las vitrinas que tenían ediciones del Quijote y cansado, luego de un viaje hasta nuestra ciudad de más de cuatro horas, se sentó en un banco. Mas allá se preparaba la mesa con las sillas que luego ocuparía el staff de Segundo Subsuelo junto con el escritor de la mítica novela "Los Sorias". A continuación Laiseca en persona caminó por el centro del salón del Honorable Concejo Deliberante y fue como si el Monitor, dictador de Tecnocracia, caminase entre sus súbditos que parten a la guerra. Todo se quedó en silencio y solo se escucharon los murmullos de los presentes. Bastantes asistentes para un autor de culto, alrededor de cuarenta personas, entre ellos se encontraban: En primera fila Eduardo Rodríguez, un poca atrás estuvo Aurora Alonso, directora de la revista literaria de Coopelectric y Daniel Fitte, autor de las tapas del suplemento, prefirió quedarse entre el público junto al artista plástico Benjamín Aitala.Mientras que la mesa fue ocupada por Alberto Sánchez Graf, Guillermo Del Zotto, en el centro Alberto Laiseca, a su lado Rodrigo Fernández e Ignacio Hurban. Guillermo Del Zotto comenzó agradeciendo al diario por el apoyo al proyecto del suplemento cultural y luego leyó un "Intramanifiesto" que es la columna vertebral del Segundo Subsuelo ya que en él se asientan las ideas y los conceptos a los que el suplemento apunta. El momento siguiente fue para presentar a los otros colaboradores que fueron comentando sus propias impresiones sobre el acto de escribir y la sensación de saberse leído. Cuando le llegó el turno a Alberto Laiseca habló sobre "el acto heroico de comenzar con un suplemento cultural" y continuó diciendo que Internet les hacia a los jóvenes un daño importantísimo porque los estaba dejando sin imaginación. También se refirió al momento de su infancia donde empezó sin querer a escribir "Los Sorias" y como "los libros, las historietas, la lectura y la imaginación me salvaron la vida". En el final Del Zotto le entregó un diploma por su presencia en la Muestra y Pacho Urban hizo lo mismo con él. Mientras la sala se vaciaba los fanáticos del autor perdieron el miedo y se acercaron a que les firmara sus libros. Laiseca firmó todo lo que le mostraron y contestó las preguntas con mucha tranquilidad.Afuera la noche tenía una luna llena que prologaba la narración de los cuentos de terror que Alberto Laiseca realizaría en el Circo de Poesía.Las actividades del fin de semanaEsta tarde la actividad de la Muestra Libros en Olavarría comenzará a las 17 con un homenaje a Mario Benedetti. A las 18, conferencia de Viviana Torres y exposición de Marisol Farana. A las 18.15, curso de filosofía del licenciado Eduardo Rodríguez. A las 18.30, disertación de Gloria Rodrigué. A las 19.30, conferencia de María Luisa Femenías y presentación del libro de Nilda Baliño. A las 20.30, espectáculo con Canela, quien será declarada Huésped de Honor.El domingo, a las 17, se presentarán producciones literarias por alumnos Escuela Nº 48 Paraje La Moderna. Macondo Creativa expondrá "Libros de artista" juntamente con alumnos Escuela Nº 40 de Espigas. A las 18, taller para niños de Rita Toniutti. A las 19, libro de Ana María de Benedictis. A las 20, presentación del libro de Anabela Loy y Daniel Vidart y muestra "Ellas al desnudo". A las 20.30, presentación de la novela ganadora del Premio Emecé "Lo que nosotras sabíamos" por su autora María Inés Krimer.
Laiseca y Rodrigo Fernández, su anfitrión en Olavarría



miércoles, 9 de septiembre de 2009

Tempestad y asalto

Revista Ñ, sábado 20 de junio de 2009

Tempestad y asalto
Angel Faretta
Sudamericana. 251 páginas.

Es ésta una extraña y bella novela. El autor, por momentos, utiliza un lenguaje de otro siglo. Ello es sin duda deliberado y no choca en absoluto. Al contrario: enriquece.
Parte de la acción transcurre a finales del siglo XVIII y se interna en los primeros años del XIX, faltando minutos para la Revolución de Mayo. Se ha dicho que los grandes imperios, generalmente, caen por no mirar. Se apoltronan y esta estupidez los destruye. Así pasó con estos virreinatos nuestros. La Corona española –si no entendí mal al autor de esta novela– hizo muy mal en disolver a la Sagrada Compañía (a los jesuitas) pues ella prestaba a España su vigilancia atenta.
Pero más allá de que lo arriba apuntado sea o no verdad, lo cierto es que la trama se va organizando alrededor de los partidarios de la Razón (o iluminados). Ellos, como los revolucionarios franceses en su momento, tienen sus propias ideas respecto a cómo debe ser la política y la organización social en estas tierras.
La novela se vuelve misteriosa (tanto como un cuento de Hoffmann) desde el momento en que aparece un ubicuo personaje (mago o charlatán, no sabemos) que pretende imponer a los hechos una impronta mágica. Este loco de verano es lo bastante chiflado como para intentar un acto de alquimia, con sacrificio humano y todo (así lo entendí), para ser él el “salvador” de todas las patrias posibles. La novela se interrumpe poco antes de la Revolución. De haber continuado, no caben dudas de que el “alquimista” hubiese atribuido el triunfo a sus afanes e industrias. La paranoia da para todo.
Pero los tejes y manejes del falso mago (o verdadero: desde el punto de vista narrativo da lo mismo) son deliciosos. Tiene la teoría delirante de que si, por algún medio, logramos “corregir” los sueños de las personas (a medida que el proceso onírico se está gestando) lograremos dominarlas. Para esto organiza grandes espectáculos públicos con enanos, fenómenos de la naturaleza, volatineros, etcétera. Como parte de la puesta en escena de la troup trashumante, de entre los volatineros y liliputienses sale un oso caminando en dos patas y armado con una espada. Se acerca a los espectadores y simula provocarlos a la pelea. “Pero nadie sentía miedo, sólo una helada emoción, casi un congelamiento tibio, como esos calores mórbidos que provocan –según dicen– en el trópico los dardos embebidos en curare”. El “curare” espiritual y ponzoñoso sería, en este caso, la supuesta magia de la efectista puesta. Adentro de ésta y de otras acciones parecidas, el taumaturgo pone magias poderosas y poco a poco así va dominando al Virreinato. Si el lector no está convencido de la factibilidad del sistema sepa que yo tampoco. Pero se trata de ficción, con personajes muy bien diseñados y, desde este punto de vista, hermosamente aceptables. Después de todo si alguien crease un libro con momias estranguladoras y muertos que caminan lo creeríamos todo siempre y cuando esté bien escrito.

Alberto Laiseca