jueves, 17 de febrero de 2011

Monstruo suelto en el éter!

Hoy
Alberto Laiseca en El arca de Mónica
de 18 a 19
FM Cultura 97.9
También se puede escuchar por internet www.fmradiocultura.com.ar

lunes, 14 de febrero de 2011

Aúlla, que hay luna llena!

Este viernes 18 de febrero vuelve el ciclo "Noches de luna y misterio", organizado por el GCBA, en el Jardín Botánico, a las 21.00.
Alberto Laiseca causará espanto acompañado por el murmullo del viento en los árboles y el maullido de los gatos, dueños y señores del parque.
Las entradas (gratis) se retiran a partir de las 20.30. El cupo es limitado.

viernes, 11 de febrero de 2011

La fiesta del Monstruo


¡Feliz cumpleaños, querido Lai!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Con letra de molde

Literatura narrada
Noches de luna y misterio
Julieta Molina, para La nación
Foto: Emiliano Lasalvia

Los jardines del Museo Enrique Larreta, en Belgrano, fueron el escenario perfecto para la velada inaugural. Un violinista ofició de anfitrión y acompañó con su música el ingreso de los espectadores. La noche de verano era alumbrada con numerosas velas acomodadas cerca del pasto, en los pasillos de canto rodado. El cielo estrellado, una gran luna llena y un aire húmedo aportaron más misterio al ambiente. Aunque no hiciera falta.
Así comenzó en el Larreta (Vuelta de Obligado 2155) el ciclo "Noches de luna y misterio", organizado por la Secretaría de Inclusión y Derechos Humanos de la Ciudad, que se repetirá todas las lunas llenas del verano.
El programa es una invitación a asustarse y a deleitarse con historias de plumas como Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga y el escritor argentino Alberto Laiseca, que también ofició de narrador.

Sombras inquietantes

Un centenario ombú de fondo, un pequeño escritorio, una botella, un par de vasos y un micrófono fue todo el escenario. Laiseca le puso su voz a los cuentos de horror y misterio y deslumbró a los presentes. El pozo y el péndulo , de Edgar Allan Poe; La gallina degollada , de Horacio Quiroga y La venganza de la mulata , del propio Laiseca, fueron las historias elegidas en esa oportunidad.
La voz profunda del relator y sus pausas en la narración atraparon a la audiencia, mientras las sombras trazaban inquietantes perfiles a su alrededor. En una puesta modesta, el violín fue también protagonista cuando cada cuento llegaba a su fin.
"Vivimos cerca, nos gusta Laiseca y decidimos venir. Me parece fantástica la propuesta, que sea al aire libre y una conjunción de arte, música y literatura", dijo a La Nacion Florencia, de 28 años, que fue acompañada por su pareja y está embarazada.
Pablo Mourier, de 50 años, acudió a la cita junto a su esposa y a sus dos hijos: "A mi hijo de nueve años le encantó el cuento de Horacio Quiroga. Está muy bueno... relatos de terror en este ámbito, y Laiseca maneja muy bien los tiempos y las inflexiones de la voz", detalló.
Esta original propuesta cultural se repetirá en las próximas noches de luna llena: el viernes 18 de febrero en el Jardín Botánico y el sábado 19 de marzo en la puerta de ingreso del Cementerio de la Recoleta. Con entrada gratuita y cupo limitado.

martes, 8 de febrero de 2011

¡Luz, cámara, acción!


La película Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo, dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, protagonizada por Eusebio Poncela (foto), Emilio Disi y Darío Lopilato, finalizó su rodaje internacional en las ciudades de Marrakesh y Essaouira de Marruecos, y en Paris, Francia. Los directores y los protagonistas estuvieron los primeros días de enero en África rodando el principio y el final de la película, en varias locaciones de Marruecos ambientadas en el año 1800. A continuación se trasladaron a París, Francia, donde realizó un rodaje en locaciones como la Universidad de la Sorbona y algunas calles del Barrio de Montparnase.

Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo transcurre en múltiples épocas y países y cuenta la historia de un agente inmobiliario (Emilio Disi) que a través de un pacto con una persona con poderes sobrenaturales (Eusebio Poncela) tiene la posibilidad de viajar a su propio pasado y vivir de nuevo su juventud (Darío Lopilato personifica a Emilio Disi joven).

El film está basado en un cuento inédito de Alberto Laiseca, que también oficia de narrador en off.

El estreno está previsto para mayo de 2011.




lunes, 7 de febrero de 2011

Télam

Alberto Laiseca: un escritor para morirse de miedo

Mientras espera el lanzamiento de sus "Cuentos reunidos", el escritor Alberto Laiseca se dedica a narrar célebres "Cuentos de terror" en el ciclo "Noches de luna y misterio", en distintos espacios porteños, que le permite demostrar también sus dotes histriónicas en relatos de Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft, Horacio Quiroga y otros de su autoría.


Juan Manuel Rapacioli

El autor de "Matando enanos a garrotazos" y "El jardín de las máquinas parlantes" es un hombre polifunción: en los últimos años participó del film "Deliciosas perversiones polimorfas", de Eduardo Montes Bradley, además de haber tenido un espacio propio en televisión con el ciclo "Cuentos de terror" y de haber entregado un puñado de obras literarias novedosas como "El artista", su último título.

De hecho, esta novela además revela su afición a vincular distintos formatos artísticos, ya que el libro está inspirado en la película homónima de Mariano Cohn y Gastón Duprat, donde también hace una participación actoral.

El autor del "Manual Sadomasoporno" y de la mítica novela "Los Sorias" adelantó a Télam que en el marco del ciclo "Noches de luna y misterio 2011" -que se desarrolla cada noche de luna llena, en distintos espacios de la ciudad con entrada gratuita- contará algunos relatos en el cementerio de la Recoleta y aseguró que sus libros están atravesados por el "realismo delirante".

-¿Cómo es el traslado de un relato desde la escritura a la narración oral?
-Todos nosotros empezamos por la vía oral, comenzamos a contar cuentos hace miles de años, cuando todavía no sabíamos leer ni escribir. Alrededor de una fogata siempre había uno de nosotros que inventaba historias: ahí nació la literatura. Lamentablemente no quedó registrada, por eso retomar esa tradición no es tan difícil.

-¿Es una manera de acercar la lectura a los jóvenes o a públicos no lectores?
-Estuve tres años con mi ciclo televisivo en Isat y tenía muchos chicos que me seguían. Estaba muy entusiasmado con eso, porque ellos son nuestro futuro. Hoy nadie lee, entonces sugerirle la lectura a los jóvenes me era satisfactorio, por ejemplo, dar a conocer a Poe. "Es bueno este Poe" me decían...(risas). Creo que es importantísimo incentivar a leer.

-¿Es difícil generar el hábito de la lectura en los chicos?
- Es difícil si al niño lo obligas a leer, por ejemplo, Pinocho. Ahora, vos narrale un pedacito de "La posada del cangrejo rojo", donde están el zorro, el gato y Pinocho, y donde todos son unos asesinos menos Pinocho que es un ingenuo, y vas a ver que después se prenden y quieren leer Pinocho a toda costa.

-¿Por qué es mejor contarles cuentos de terror a los chicos y no ocultárselos?
-Porque este es un mundo muy duro y parte de la didáctica es que el niño comprenda justamente que es muy duro. A Pinocho lo persiguen sus dos falsos amigos, sus dos traidores, como le puede pasar a cualquiera en un sentido más metafórico. Los persiguen para matarlo, para sacarle las monedas de oro que Pinocho tiene en la boca. Situaciones donde uno le quiere arrebatar algo al otro ocurren todo el tiempo en la sociedad. Y un chico debe saber estas cosas.

-¿En usted como funcionaron esas historias?
-A mí la literatura de terror, que mamé desde niño, me hizo muy bien. Me daba mucho miedo, no podía dormir de noche, pero era el precio que tenía que pagar para crecer.

-¿Cómo fue su experiencia en la película "El artista"?
-Es mucho trabajo filmar una película, es un quilombo chino para todos: directores, actores, sonidistas y camarógrafos, pero vale la pena porque después que termina quedás contento, todos quedamos satisfechos.

-¿Y cómo le resultó haber escrito una novela a partir del guión?
-Lo de la novela fue una idea genial que se les ocurrió a los directores, es una cosa que no se había hecho antes. Siempre se hace primero la novela y de ahí se saca la película. Acá fue al revés, en la novela puse todo lo que no está en la película.

-¿Cómo se fundamenta el `realismo delirante`?
-Me interesa mucho la realidad: hay una obra que me gusta por su nivel de imaginación que es "Impresiones de Africa", de Raymond Roussel. Me encanta, pero yo jamás escribiría así: a Roussel le importa un carajo la realidad, le interesa el delirio por el delirio mismo, no es mi caso. Igual, cuando yo trato la realidad lo hago a través de las exageraciones del delirio, porque así se magnifica y se ve mejor. Mis obras son realistas antes que nada, nunca he desechado al realismo, pero lo mío es realismo delirante.

-¿La imaginación se estimula?
-La imaginación dura para siempre, yo jamás tengo vacíos creativos. Lo que me falta es tiempo, debo hacer otras cosas para ganarme el mango, cada vez tengo que trabajar más para ganar lo mismo, eso le quita tiempo a mi obra.

-¿Cuáles son sus lecturas recurrentes?
-Mis lecturas son diversas, tengo libros de técnicas militares que los usé para escribir "Los Sorias", técnicas de lavado de cerebro también para mis obras, pero no pienso lavarle el cerebro a nadie (risas). Además, mucha astrología, tratados de psiquiatría completos que he leído para construir mis personajes locos, para saber de qué hablo.

-¿A qué escritores contemporáneos siente cerca?
-Tengo una gran afinidad con Ricardo Piglia, Cesar Aira y Fogwill, pero de todas maneras, algunos de ellos son un poco nihilistas, y yo no me permito el nihilismo. A pesar de todo lo que los admiro y los quiero, no comparto eso. Si somos nihilistas cualquier guerra está perdida de antemano, uno debe tener un gran sentido de la victoria.

-¿Y de los extranjeros?
-Me gusta mucho Edgard Allan Poe. De él hay que leer absolutamente todo: cuentos, ensayos, artículos... es el gran maestro, de quien más cerca me siento. Era muy parecido a mi: un muy buen tipo que a veces no comía por días por los apremios económicos, pero su mujer, Virginia Eliza Clemm si comía todos los días, porque él le daba todo.

-¿En qué se parece a él?
-Me parezco a Poe en el sentido de que yo también soy un buen tipo y que todo mi espíritu perverso en vez de ponerlo en la vida lo pongo en la obra, me lo saco de encima. Eso hacía él: era el mejor marido que una mujer pudiese tener, aunque después en la ficción las enterraba vivas, les arrancaba los dientitos con una pinza.

-¿Usted también ha trabajado mucho y se ha muerto de hambre?
-Yo he sido muy pobre, casi pobre de solemnidad. Recuerdo que en una ocasión comí de un tacho de basura, así nomás.

-¿Qué lo impulsó a seguir escribiendo?
-Mi padre me puso a estudiar ingeniería química. No me recibí por supuesto, pero notaba que lo que más me atraía, en vez de ponerme a estudiar los textos de cálculo diferencial integral, era leer "Sabiduría China" de Lin Yutang. Entonces en un momento me di cuenta que lo mío era la imaginación, no las ciencias exactas.

-¿Está escribiendo algo ahora?
-Mi novela sobre Vietnam está acá, desordenada, no la puedo ni empezar a escribir. Me hago tiempos cuando puedo: de momento lo único que hago es leer los cuentos de terror que voy a contar, no tengo tiempo para otra cosa.

-¿Qué opina de que "Los Sorias" se haya convertido en una obra fundamental argentina?
-Eso está bien, pero mi problema es que no ha sido traducida a ningún idioma, por esa razón he de temer por su destino.

-¿La no traducción puede responder a un cierto nivel de complejidad en la obra?
-Sí, pero lo que no es complejo no sirve. Si a cualquier obra mía la lees con atención vas a entender absolutamente todo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lai en Diario Z


Alberto Laiseca, con el terror a cuestas

Cuentos de terror en la voz de un hombre de letras que da miedo. Narración espeluznante y música bajo las estrellas.




La fila de humanos, si­lenciosa, atraviesa el jardín andaluz. cielo es una membrana opa­ca que oculta la luna llena. Los za­patos resbalan, se pegotean en el suelo húmedo, amigo de los hele­chos y de todas esas plantas que solían llenar los patios de antes. Hay hortensias. Detalle atemori­zante para las mujeres de comien­zos del siglo pasado, cuando re­modelaron el caserón. Hacia el fondo, una luz rosada apunta a un enorme ombú. Es el sitio fijado para la ceremonia de lectura. Sue­na un violín. olor a tierra moja­da se despeja. Desde un costado, el humo de tabaco negro advierte que la sesión está por comenzar.

Nueve de la noche en punto. Público circunspecto, edad pro­medio 50 años. El escritor Alberto Laiseca es el encargado de condu­cir la ceremonia. Narrará tres his­torias de terror y misterio: El pozo y el péndulo, de Edgar Allan Poe; La gallina degollada, de Horacio Quiroga, y uno de sus Cuentos de la Negra Tomasa. La velada en el Museo Enrique Larreta se inscribe en el ciclo "Noches de Luna y Mis­terio", organizado por la Secreta­ría de Inclusión y Derechos Huma­nos del Gobierno de la Ciudad. ciclo continuará con nuevas fun­ciones, programadas para las no­ches de luna llena de febrero y marzo.

Silencio y la brasa del segundo cigarrillo de Laiseca. Primer acto. el turno de Poe. La historia se pega al oído. Es la subjetiva de un torturado en manos de la Inquisi­ción de Toledo. hombre está en­cerrado en una celda que cons­ta de diferentes mecanismos para asesinar. Laiseca acentúa en cada palabra la racionalidad del prisio­nero que busca desarticular la má­quina de muerte. Dice que le due­le, pero nadie le cree. Es evidente que al na­rrador le importa des­tacar la prevalencia de la pulsión vital frente a la necesidad impe­riosa de hacer cesar el dolor. En síntesis, las estrategias del tortu­rado para sobrevivir. Final y aplausos.

Siguiente acto, Horacio Qui­roga y La gallina degollada. Un clásico trasvasado por Laiseca a fórmulas narrativas orales. Mu­cho giro expresivo y onomatope­ya. Aquí no hay relato subjetivo. La historia se centra en una pare­ja del campo. Aunque claro que a cualquiera podría ocurrirle una desgra­cia parecida: niños es­tigmatizados y apa­leados que matan a su hermanita. El te­mor de que los hijos enfermen o mueran está presente en los padres de aquí y allá. El siglo XXIno tiene por qué escapar de esa pesadilla. El acento de Laiseca está puesto aquí en el horror de la pareja que se echa culpas mutuamente, más que en el mecanismo que prome­te dolor y muerte.

La velada finaliza con uno de los cuentos de la Negra Toma­sa. Laiseca glorifica la capacidad del relato nocturno para rever­tir los mecanismos de poder, que se esclerosan en la diurnidad. Los cuentos narrados a la noche son como las brujas: meten miedo. Controlan, desde el borde de lo desconocido pero posible, a quie­nes creen tener todo controlado. El niño Virgilito tortura durante el día a la Negra Tomasa. Y ella se venga metiéndole miedo durante la noche. Y Virgilito se hace adicto a las historias tenebrosas.

Esta vez el relato explota uno de los miedos más elementa­les: el terror a ser enterrado vivo. Una mulata embruja a una negra y hace que la entierren viva. Al ex­humar el cuerpo, se encuentran con el ataúd arañado y el esque­leto dado vuelta. Imposible dejar de remitirse a la leyenda urbana del animador de televisión que, según se contaba antaño, corrió el mismo destino. Final de cuen­to, aplauso y silencio. El violín del maestro Jorge Gordillo acaricia el clima del retorno a casa.

Es extraño el público de Laise­ca. Ala salida no se arman corrillos bulliciosos. Muy por el contrario, persiste la sensación de embrujo. Apenas puede oírse a unos turistas brasileños felicitar a Gordillo por su repertorio de folclore y tango. Son las diez y media de la noche. mu­seo queda vacío. Desde Juramento se ve la luna con agua detrás de los álamos. Todo está bien ahora. Aunque mejor no hablar, mejor no pensar, en ciertas cosas.


Próximas funciones

El ciclo "Noches de Luna y misterio", con Alberto Laiseca y la participación del violinista Jorge Gordillo, tendrá dos fun­ciones más. Están programadas para las próximas noches de luna llena. Las citas son: el viernes 18 de febrero, en el Jardín Botánico, av. Santa Fe y Armenia, y el sábado 19 de marzo, en la puerta del cementerio de la Recoleta Junín 1930.

Las actividades son gratuitas, con cupo limitado. es­pectáculo comienza a las 21, pero hay que retirar las entra­das media hora antes. Se suspende por lluvia.

DZ/km